El comercio del terror.


Por Pablo Vazquez



Hace un tiempo algunos medios se han transformado en una sala de Hemoterapia, especialmente a nivel nacional. Con diferentes intereses han llenado sus pantallas y páginas con litros de sangre.

Están quienes miden el tamaño de su órgano viril con el gobierno, en defensa de sus múltiples negocios, también quienes protegen a su diva o mega estrella luego de declaraciones y afirmaciones bárbaras, otros en defensa o apoyo a su propietario y candidato e incluso, quienes cambian su temario según el acuerdo con el 20 % de las acciones que manejan el área de noticias de un canal, en concordancia con una conocida AM capitalina. Todos hacen el mismo juego, pero con fines en un principio diferentes, aunque no lo son.

El terror mediático, tiempo atrás, era sólo sinónimo de algunos diarios como Crónica, Diario popular o algún otro de menor tirada. Lo mismo sucedía con los canales de cable.

Hoy solo diferenciamos uno de otro por la utilización de algunas palabras, están quienes ponen "pibe" y están quienes ponen joven, pero la imagen es la misma.

Hay un principio periodístico que asegura que mientras más impactante sea, más relevancia tendrá el hecho y es cierto. Mas en estos días en los cuales la gente ha desarrollado el morbo de una manera espeluznante.

Estas líneas no apuntan a esconder lo que sucede o mentir a la audiencia, sino todo lo contrario. Tampoco las escribo bajo la idea de desestabilizaciones ni nada de eso.

Apunto a la responsabilidad de los medios. A la forma en que arman su agenda periodística, con un perfil inescrupuloso, sin pensar en las verdaderas consecuencias sociales, que genera exponer tanta violencia, tanta sangre y por otro lado tampoco es cierto que solo sucedan hechos trágicos y sangrientos, hay más y ellos lo saben.

También es cierto, que hay una demanda del público y el medio se ve de alguna manera presionado por el mercado, sus intereses y el rating, y elige lo que más vende sin importar demasiado el prestigio, la responsabilidad, el profesionalismo, los efectos, ni la calidad global de su producto.

Envuelta en la vorágine mediática, la audiencia es presa de productores informativos.

Que hay inseguridad es cierto, no se puede negar, pero si en una hora que Ud. consume por día de información, reducida, seleccionada, maniatada, manipulada, el 80 % sólo se trata de hechos policiales, es probable que la sensación de inseguridad crezca y no es un discurso oficialista, ni nada de eso, no confundamos gordura con hinchazón. Si en los medios solo vemos noticias alentadoras de la sección que se le ocurra, no tenga duda alguna, que la percepción de la realidad va a ser otra, sin ver mas allá de lo que nos muestran, una vez más estaríamos bajo una impresión diferente a la realidad, es por eso que debemos exigir responsabilidad, y no me excluyo de esto. Si fuese mas responsable, como profesional, no intentaría persuadir a Ud. con una opinión personal, como la que acabo es plasmar en esta nota.


pablovazquez@laotrabahia.com



1 comentarios:

Anónimo dijo...

coincidimos con al opinión, ta bueno muchacho, sigan adelante.